Causas, Consecuencias y Pronósticos
Educación y sociedad, terminologías que se conjugan desde lo epistemológico y ontológico como la condición sin ecuanon para el progreso del individuo y por ende de la sociedad. Ambas terminologías son promovidas como la base esencial para que el individuo internalice que su actuar, está enmarcado en un sistema de valores de convivencia que conlleva a un crecimiento personal, profesional y que sus acciones deben estar dirigidas al desarrollo de la sociedad en sus diversos contextos: social, político, cultural, económico y tecnológico. La autora Rael (2009), sustenta lo expuesto al expresar:
La
educación se concibe como un instrumento que facilita a los ciudadanos la
construcción y el desarrollo de unas capacidades para actuar y participar en la
sociedad. De ello se desprende que la educación es funcional, ya que posibilita
intervenir en la dinámica de la sociedad, resolver conflictos y participar en
su construcción (p. 1).
Motivo por el cual la
educación en los países a nivel mundial, se ve estructurada en un sistema
educativo que permite que la población pueda educarse, instruirse, capacitarse
para desenvolverse en la sociedad; es por ello, que el aparato productivo de
los países está engranado con el sistema educativo para que los ciudadanos sean
favorecidos por este sistema y por ende aporten beneficios a la sociedad a
través del conocimiento adquirido en la formación.
Un ejemplo del
verdadero propósito de la educación, se manifiesta en el continente Europeo a
través del país Finlandia, el cual ha promovido un sistema académico articulado
con las necesidades de la sociedad, siendo considerado uno de los países que
más ha evolucionado en las últimas décadas. Según el autor Torrent (2012),
refiere datos del informe denominado Índice de Competitividad Global (ICG) del
Global Economic Forum que refleja que Finlandia es:
El tercer
país más competitivo del mundo…Las razones de esta excelente clasificación… su
extraordinario sistema educativo. Esto ha proporcionado la fuerza laboral con
las habilidades necesarias para adaptarse rápidamente a un entorno cambiante y
ha sentado las bases para sus altos niveles de adopción tecnológica y de
innovación. (p. 1).
En este sentido,
apelando a un nivel de construcción y fomento de la epistemología (conocimiento),
las escuelas y las universidades juegan un rol preponderante en la formación
academicista y la generación del profesional productivo apto para el
desenvolvimiento de sus conocimientos técnicos-profesionales. Es por ello, que
la oportunidad más preponderante en el ciclo de vida del individuo es asistir a
la universidad. La comunidad universitaria representa el hemiciclo donde el
sujeto podrá formarse adquiriendo una cantidad de conocimientos prácticos -
teóricos para convertirse en un profesional productivo.
Considerándose lo
expuesto, el objetivo principal de los recintos universitarios de acuerdo a su
razón de ser, es egresar profesionales con las competencias técnicas,
operativas y actitudinales con vocación hacia el trabajo. Y aunque la misión de
la Universidad está definida en su funcionamiento estructural, sin embargo, es
una realidad que no todos los profesionales universitarios egresados gozan de
las mismas oportunidades en el mercado laboral, debido a la repercusión de las
políticas económicas, educativas y sociales, las cuales son generadas por las decisiones
de las autoridades de las distintas naciones.
Así mismo, en la
sociedad se evidencian cambios constantes en las relaciones económicas, políticas,
culturales y educativas. Y producto de un mundo globalizado por temas de
carácter tecnológico, económico y formas de producir, los grandes emporios
buscan posicionarse rápidamente en los mercados y ser más productivos e
innovadores cada día, trayendo como consecuencia el descontrol en la manera de
producir, afectando la sociedad desde la perspectiva profesional. La sociedad
de nuestros días, tienen una percepción de ser cada vez más productivos
logrando crear medios de autosuficiencia de acuerdo a las realidades existentes
en cada nación.
Teniendo en
consideración lo señalado, se plantea de manera puntual algunas de las cifras a
nivel mundial, donde la Universidad como ente de formación asume una postura
observadora y analítica de estos fenómenos sociales que acontecen en los
distintos continentes del mundo, según datos del autor Scott (2014), expresa lo siguiente:
El mundo
cuenta con 1,2 mil millones de jóvenes entre las edades de 15 a 24 años. Un
total de 87% vive en Asia, África, América Latina y Europa del Este. Alrededor
del 30 % de las/os jóvenes del mundo, 357 millones, no están en la escuela, ni
empleadas/os… De las/os que trabajan en
los países “en desarrollo”, 536 millones están subempleadas/os, en comparación
con 1,5 millones en los 27 países de la Unión Europea. Las mayores tasas de
desempleo entre jóvenes se encuentran en el norte de África y Oriente Medio,
según el Foro Económico Mundial, una organización internacional sin fines de
lucro con sede en Suiza. (p.2).
En este orden de
ideas, se parafrasea lo expuesto por la Organización Mundial del Trabajo (OIT)
(2014), que indica que el informe sobre desempleo juvenil destaca la necesidad
apremiante de integrar a los jóvenes a la fuerza de trabajo. Ya que se registra
que 74,5 millones de hombres y mujeres menores de 24 años están desempleados,
una tasa mundial de desempleo juvenil superior al 13 %. Por otra parte, en
Latinoamérica la situación no es diferente, la Organización Mundial del Trabajo
(OIT) específicamente divulgó que en América Latina y el Caribe hay 21,7
millones de jóvenes que no estudian ni trabajan, de los cuales 7,8 millones
buscan empleo sin conseguirlo, específicamente cuando lo encuentran
generalmente es de baja productividad y en condiciones de informalidad.
Es importante resaltar que tanto en Europa, Latinoamérica
y por ende Venezuela, la educación es considerada la columna vertebral del
desarrollo o progreso de la sociedad desde sus fundamentos teóricos. En el caso
de Venezuela es meritorio que se cuente dentro de su sistema educativo, los
numerosos recintos universitarios (públicos y privados) que ofrecen infinidades
de ofertas académicas en los niveles de pregrado y postgrados para formar
profesionales en diversas áreas. Sin embargo, la autora Ramírez (2014), resalta
que en “Venezuela la tasa de desocupación juvenil de 15 a 24 años de edad se
situó… en 13,6%, de modo que 306 mil 345 jóvenes estaban sin empleo” (p.3).
Haciendo énfasis en
lo señalado, representa una preocupación en la sociedad venezolana que miles de
jóvenes se encuentran cesantes sin desarrollar sus habilidades y
potencialidades para los que fueron educados y formados académicamente. Bajo
los preceptos de la integralidad en la formación de los estudiantes, se detecta
a grandes rasgos que las universidades están perdiendo un sentido valioso en
cuanto al objetivo para lo que fueron creadas.
Los recintos
universitarios parecieran quedarse atrapadas en el tiempo y que los vestigios
acelerados de los cambios tecnológicos, sociales y comerciales le han
sobrepasado. Así mismo, no han logrado adaptarse a la creación de nuevos
métodos y formas organizativas en la forma de gerencia de la universidad de la
nueva era, no logrando compaginar temas con el conocimiento actual, de
interacción con la sociedad con ausencia de la
visión económica- productiva.
Cabe resaltar que
Venezuela transita un periodo coyuntural en todos los sectores de la nación (político,
económico y social), motivo por el cual no escapa de las cifras presentadas a
nivel mundial en relación al desempleo juvenil y las condiciones de trabajo. Por
otra parte, las universidades como uno de los sectores determinantes de la sociedad,
son corresponsables en la recuperación económica- profesional del país.
Sin embargo, las posturas gerenciales adoptadas por el sector educativo universitario han mermado en su visión paradigmática, ya que los recintos académicos han actuado pasivamente ante las transformaciones y demandas sociales, resumiendo su actuación a los procesos administrativos enmarcados en las áreas de investigación, transferencia de conocimiento y servicios de extensión (talleres, diplomados, y ponencias, etc.), ignorando la realidad que no le permite transcender fuera de los muros académicos.
Sin embargo, las posturas gerenciales adoptadas por el sector educativo universitario han mermado en su visión paradigmática, ya que los recintos académicos han actuado pasivamente ante las transformaciones y demandas sociales, resumiendo su actuación a los procesos administrativos enmarcados en las áreas de investigación, transferencia de conocimiento y servicios de extensión (talleres, diplomados, y ponencias, etc.), ignorando la realidad que no le permite transcender fuera de los muros académicos.
A propósito de lo
expuesto, las políticas de Estado aplicadas al sector universitario marcaron
una crisis aguda desde principios de los años 80 y 90, la filosofía generada
por los gobiernos de la época, transformo la
visión académica de formar profesionales técnicos- productivos con perspectivas
de emprendimiento y mano de obra calificada a una visión reducida de
prestadores de servicios, abandonándose el enfoque de un país productivo,
sometiendo su accionar a modelar los profesionales bajo un esquema
paradigmático de cultura empresarial de las grandes trasnacionales económicas. Esto
generó un cambio en la política nacional que acarreó como consecuencia:
1. La
excesiva importación de artículos de primera necesidad, industrial y comercial
que hicieron caer la industria nacional.
2. El
país con la caída de los precios del petroleó sucumbió a las alteraciones del
mercado dejando atrás la época bonanza de los años 1960 y principios de 1970.
3. La
salida de divisas al exterior y el
endeudamiento externo agravaron la crisis.
Es preciso señalar,
el momento histórico y parafrasear al autor Moreno (2008) quien india que la reforma parcial de la Ley de Universidades fue
aprobada por el Congreso Nacional el 2 de septiembre de 1970 y el ejecútese lo
otorgo el gobierno del Dr. Rafael Caldera el 8 de septiembre de ese mismo año.
La reforma a Ley de Universidades tuvo un carácter anti-autonómico generándose manifestaciones
nacionales lideradas por los rectores de la Universidad Central de Venezuela,
Universidad de Los Andes, Universidad del Zulia y Universidad de Carabobo, así
como, parlamentarios opuestos a ese instrumento legal.
El autor Moreno
(2008) indica que el sistema
implementado por las autoridades educativas en alianzas con partidos políticos
se baso en instituciones subordinadas y dependientes del Consejo Nacional de
Universidades definido en esta ocasión como el organismo encargado de asegurar
el cumplimiento de la nueva ley. Igualmente, se fundamentaba el sistema
educativo bajo un espíritu claramente intervencionista del Ejecutivo Nacional
en contra de las universidades.
El intervencionismo y
la lucha en contra de los programas formativos de las universidades autónomas
tuvieron su transcendencia en la transformación paradigmática del profesional.
El Estado fundamentó su accionar educativo bajo tres tipos de Universidades
Experimentales, Universidades bajo la Dirección de Jerarquía Católica y la
última de carácter empresarial elitista, económico y tecnócrata. La cultura del
crecimiento y desarrollo no controlado bajo un esquema de producción poco planificado, donde se
involucra a ese profesional bajo la concepción de un prestador de servicio lo
señalaba el autor Moreno (2008) citando a Ugalde (1993) quien expresaba lo
siguiente:
Lo
que en estos años se va a producir es una nueva relación entre la sociedad, la
empresa productora y el mundo político con la universidad para afrontar los
retos.
Se combinarán mejor y de manera novedosa los factores
que eleven los aportes de la sociedad y de la empresa a la universidad y las
capacidades que ésta brinda a aquéllas para producir juntos más valor agregado
a los bienes y servicios y a la calidad de vida que producimos (p. 2).
Cabe resaltar, que en Venezuela en el periodo de los años 2010 al 2015, se han gestado ideas y proyectos desde el Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior Universitaria, Ciencia y Tecnología, direccionados a promover en las universidades una perspectiva paradigmática orientada a la recuperación económica- social de la nación. Es por ello que las políticas en materia universitaria, está implícita la necesidad de transformar la visión de una economía rentista, ya que ha sido un factor que no han permitido desarrollar un plan estratégico académico – productivo que involucre sin parcialidades a todos los sectores del ámbito universitario.
Debido a
la desvinculación del sector universitario con el tema productivo y las
actuales demandas sociales, se ha distorsionado la percepción del ciudadano con
relación a las expectativas de la actuación de las autoridades vinculadas al
sector académico, específicamente en las gerencias de las casas de estudios.
Esta realidad producto del sectarismo,
parcialidades políticas, intereses de poder, y no menos importante la
pasividad asumida por estos actores en su accionar, justificándose por medio
del recurso de la autonomía universitaria y obstaculizando una efectiva gestión
académica por una tendencia al proselitismo político. Teniendo
en consideración lo anterior, se cita al autor Gould (1997) quien expresaba lo
siguiente:
La
docencia suele ser teórica y repetitiva, aislada del campo laboral donde se va
a desempeñar los egresados y no validada con la confrontación práctica. La
investigación está desvinculada de las necesidades de desarrollo y carente de
impacto en la transformación social. Y por su parte la extensión queda
desligada de los cambios profundos
tecnológicos y económicos que impactan a las Instituciones de Educación
Superior (IES) y sus entornos. (p.32).
Considerando
estos aspectos y situaciones planteadas de una sociedad venezolana convulsionada por la
situación actual, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO) (1998), en su Declaración Mundial sobre Educación
Superior en el Siglo XXI advierte lo siguiente:
La Educación Superior se enfrenta…a desafíos y
dificultades relativos a la financiación, debe hacer frente a la vez a los
retos que suponen las nuevas oportunidades que abren las tecnologías, que
mejoran la manera de producir, organizar, difundir y controlar el saber y de
acceder al mismo. Deberá garantizarse un acceso equitativo a estas tecnologías
en todos los niveles de los sistemas de enseñanza. (Art. 14
literal a).
De la misma manera, la
Declaración Mundial sobre Educación Superior en el Siglo XXI plantea que aun
cuando el apoyo (económico) del Estado es obligatorio y fundamental, se hace necesario
que los representantes de las gerencias académicas se planteen estrategias para
diversificar las fuentes del financiamiento y su vinculación casi obligatoria
con otros sectores del país:
La diversificación de las fuentes de financiación
refleja el apoyo que la sociedad presta a esta última y se debería seguir
reforzando a fin de garantizar el desarrollo de este tipo de enseñanza, de
aumentar su eficacia y de mantener su calidad y pertinencia. El apoyo público a
la educación superior y a la investigación sigue siendo fundamental para
asegurar que las misiones educativas y sociales se lleven a cabo de manera
equilibrada. (p. 3).
En virtud
de lo expuesto, es menester que las universidades venezolanas (públicas y
privadas) cuenten con propuestas factibles de nuevas formas organizativas de
carácter económico, así como alianzas estratégicas entre la comunidad
universitaria y sectores productivos del país que promuevan un desarrollo integral
de los recintos universitarios, que conlleve a generar beneficios económicos –educativos
no solo en los espacios académicos sino también con la posibilidad de trascender
a otros sectores de la sociedad.
En este
orden de ideas, existe la necesidad de contar con rectores y directivos con
capacidad gerencial para adaptarse a los nuevos tiempos y políticas de Estado.
Asimismo que apuesten por las habilidades y destrezas productivas de la
población estudiantil, que le permitan propiciar mesas de trabajo y negociación
que deriven en proyectos productivos que contribuya a la disminución del
desempleo estudiantil - juvenil, además de generar un nuevo modelo gerencial
universitario y la actualización paradigmática educativa, con perspectiva de
apertura con acciones extramuros de los recintos universitarios.
Ante lo expuesto, surge
la necesidad de plantear como objeto de la presente investigación, la realidad del
Instituto Universitario de Mercadotecnia (ISUM) ubicado en el Distrito Capital
– Venezuela. Siendo un recinto académico de gestión privada que ofrece
programas de formación profesional de vanguardia, el cual se ha visto impactado
por la situación económica ya descrita.
En un primer aspecto, el segmento estudiantil del ISUM a través de los últimos tres (3) años se ha visto afectado en la disminución en su matrícula estudiantil. Para el año 2014, el instituto contaba con una matrícula aproximadamente de 8.300 estudiantes; sin embargo, para el 2017 se encuentra activa una matrícula de 3.782 estudiantes, representando una baja de un 45,56%. Se infiere que esta baja en la matrícula está relacionada con el factor preponderante sobre la economía de los estudiantes, ya que parte de la referida población son jóvenes, sin ingresos fijos, con empleos informales o desempleados.
Se presume que la
población estudiantil del ISUM, siendo en su mayoría jóvenes con escasa
experiencia laboral y debido a la situación económica del país, se han visto
afectados por las limitadas oportunidades en el mercado laboral venezolano,
mermando sus capacidades para la continuidad de su formación académica, ya que
no cuenta con los recursos económicos para costear los incrementos de su
carrera universitaria. Conllevando a que los estudiantes, visualizasen otros
panoramas con oportunidades más inmediatas que le permitan desarrollar sus
habilidades y destrezas profesionales, siendo la primera opción emigrar hacia
otros países, generándose el fenómeno “Fuga de talentos”. Esto fundamentando
por la autora Rodríguez (2014) quien señala:
Una
tendencia silenciosa ha venido desangrando a Venezuela de uno de sus
principales capitales, el humano. Esto según cifras recolectadas por el
sociólogo y profesor de la Universidad Simón Bolívar, Iván De La Vega, quien
estima que alrededor de 1 millón 200 mil venezolanos han abandonado el país en
busca de mejores condiciones de vida. Muchos son jóvenes altamente cualificados en sus áreas de estudio…La calidad
profesional del venezolano que está emigrando se está convirtiendo en un
problema que va a impactar de manera negativa al país en los próximo 10 o 15
años afirmó el investigador… una encuesta a 1200 estudiantes de pregrado y post
grado en cuatro universidades del país: la Simón Bolívar, la Central, la
Católica y la Metropolitana. En cada una se encuestó a 300 estudiantes de
diversas áreas de estudio (medicina, ciencias sociales, ingeniería y ciencias
básicas)… según los resultados el mayor problema para los estudiantes es la
inseguridad, segundo el tema laboral, la polarización política de tercera y el
cuarto el tema de la inflación y la dificultad de acceso a productos básicos.
(pp.1y 2).
Esta situación
presentada no solo a nivel nacional sino también en el ISUM influye de manera
directa en el aparato productivo del país, ya que estos jóvenes son
considerados el talento humano generador y prestador de bienes y servicios que
van a permitir satisfacer las demandas de la sociedad. En un segundo aspecto del
objeto de estudio del ISUM, se infiere que la gerencia universitaria del
referido instituto ha reflejado una actitud pasiva ante la deserción
significativa de la población estudiantil, siendo esta población la columna
vertebral en el funcionamiento de la misma.
Es necesario señalar
que no se evidencian programas o acciones internas del recinto universitario, que brinden
condiciones de flexibilidad a los estudiantes para la continuidad de estudios y
por ende la culminación exitosa de los mismos. Se infiere que la actitud pasiva
de la gerencia del ISUM se debe a la falta de reconocimiento de la situación
coyuntural del país, asimismo se presume el desconocimiento de los planes,
programas y proyectos derivados del sector gubernamental o de organizaciones y
entes financieros de carácter privado, por parte de la directiva.
No menos importante, la
gerencia universitaria pudiera estar desconectada de la población estudiantil,
produciéndose un efecto de desvalorización de las capacidades y experiencias
que se pudieran estar derivándose del sector estudiantil y fortalecer aún más la
gestión en la comunidad universitaria del ISUM.
La falta de
iniciativa gerencial del ISUM ha generado como consecuencia la inexistencia de
un espacio de encuentro entre la Gerencia académica y la población estudiantil,
capaz de transformar las formas de actuación y adecuarse a la situación
económica productiva del país. Ya que el recinto ha limitado a sus labores en
lo académico - administrativo, que impiden la aplicación idónea de nuevos
métodos de trabajo y creación de nuevas estructuras administrativas que pueden
ser propuestas para minimizar las problemáticas presentes en esta comunidad
universitaria, entre ellas: la deserción estudiantil, el desempleo juvenil, la
pasividad de la gerencia académica y la desvinculación e inexistencia de
alianzas estratégicas.
Ante lo expuesto en
la realidad bajo estudio del ISUM, con relación a la población estudiantil y la
gerencia académica, ambos sectores de esta comunidad universitaria tienen la
oportunidad de impactar con nuevas decisiones y generar mecanismos que
minimicen algunas realidades presentes, pudiendo destacarse como un instituto
universitario en vías de un nuevo desarrollo sustentable a través de una gerencia
adecuada a los tiempos con el objetivo de promover acciones en materia
económica que beneficie a su población estudiantil y la comunidad universitaria.
En este orden de
ideas, en la actualidad existen programas tendientes a promover el trabajo
productivo. Las políticas direccionadas en el
ámbito económico por parte del Estado y las iniciativas del sector privado
pudieran representar opciones inmediatas de respuesta a la problemáticas de la
comunidad universitaria del ISUM. En la actualidad, el Estado promociona para
la atención a la juventud, programas enfocados en la formación y financiamiento
de proyectos socio-productivos (PSP) que permiten el desarrollo de las
capacidades, habilidades y destrezas de los mismos.
De acuerdo a lo
anterior, a través de la información suministrada por el portal digital de la
Superintendencia de Bancos (SUDEBAN) se hace mención de dichos programas
destinados a la juventud emprendedora, donde la AVN (Agencia Venezolana de
Noticias) a través del periodista Ramírez (2017) expresa lo siguiente:
... el
programa Soy Joven Productivo es
impulsado por el Ministerio para la Juventud y el Deporte de la mano con el
Banco Bicentenario del Pueblo, para ayudar a los jóvenes con iniciativas
productivas que contribuyan a fortalecer la Agenda Económica Bolivariana…la
idea está centrada en el desarrollo de las fuerzas productivas y el
fortalecimiento del modelo socialista y de inclusión… (p.1).
Estos proyectos socios
- productivos buscan la reactivación de un segmento de la economía nacional,
impactando a pequeña escala la producción de bienes y servicios,
contrarrestando fenómenos contraproducentes como la deserción estudiantil,
desempleo juvenil, e inexistencia de oportunidades para esta población. Con la
iniciativa de los proyectos socios productivos en el sector de la juventud, se
busca promover el emprendimiento en los jóvenes, el ofrecimiento de nuevas
oportunidades, el desarrollo profesional y la creación de nuevas formas de
producción.
Por otra parte, dentro
de las organizaciones del sector privado, se maneja la política del
emprendimiento por medio de fundaciones y organizaciones vinculadas al elemento
formativo, así como, entes de financiamiento (Banco Nacionales y
Microfinancieros) que otorgan beneficios crediticios a la juventud para la
ejecución de sus proyectos en distintas áreas productivas o la prosecución de
estudios. De acuerdo, a lo manifestado por el Presidente de la República
Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro en su alocución del Día de La Juventud
el 12 de Febrero de 2017, indico lo siguiente:
…ordeno
hoy a los bancos y entes financieros del Estado dedicar por lo menos el 30 % de
las carteras de crédito al programa social "Soy Joven" para que miles
de muchachos puedan llevar adelante sus proyectos…el presidente pidió a los
funcionarios encargados del sector financiero que se reúnan "mañana
mismo" para saber cuántos recursos se pueden destinar a los proyectos de
"emprendimiento" de los jóvenes… (p.1).
De igual forma, existen instituciones y
organizaciones no gubernamentales, que están trabajando por el desarrollo
económico y de emprendimiento de los jóvenes. Tal es el caso, del programa
“Creo” del Banco Exterior en Venezuela, quienes reciben proyectos a través de
alianzas establecidas con ONG, Universidades y Asociaciones.
Debido a las razones
expuestas que la política de los Proyectos socios productivos (PSP), significaría
una propuesta y un canal de comunicación
entre la gerencia académica del ISUM y su población universitaria; de igual
manera su vinculación con otros sectores de la sociedad representados por
actores gubernamentales o privados. Estas posibles vinculaciones, fortalecerían
las gestiones de la comunidad universitaria a través de los beneficios derivados
de las mismas y abre una gama de posibles alianzas estratégicas.
De acuerdo al
planteamiento expuesto en la realidad del ISUM surgen las siguientes
interrogantes: ¿Cuál es la postura institucional de la Gerencia Académica y la
Población Estudiantil sobre la temática de proyectos socios– productivo? ¿Cuáles
son las potencialidades y destrezas de la población estudiantil en el marco de
proyectos socios productivos? ¿Los proyectos socios productivos (PSP) podrán ser
un canal de vinculación y desarrollo para los actores involucrados en la comunidad
del ISUM?
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